El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha rechazado la idea de establecer pausas en los combates en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, para permitir la entrada de ayuda humanitaria. Esta decisión se produce en medio de una semana de protestas en Israel que exigen elecciones anticipadas.
En una entrevista con el canal israelí 13, Netanyahu declaró que sus decisiones para eliminar a Hamás no siempre son bien recibidas por los militares, y calificó las pausas tácticas anunciadas por el Ejército como «inaceptables». Estas pausas, comunicadas por las fuerzas israelíes el domingo, pretendían facilitar la entrada de ayuda humanitaria a través del cruce de Kerem Shalom y el Hospital Europeo de Jan Yunis.
Tras la desautorización de Netanyahu, los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich criticaron la medida. Ben Gvir pidió la renuncia de quien tomó la decisión de las pausas tácticas, mientras que Smotrich argumentó que esto solo fortalece a Hamás.
Los organismos de derechos humanos alertan sobre el empeoramiento de la situación humanitaria en Rafah desde el inicio de la invasión terrestre israelí, ya que la ayuda que entra por Kerem Shalom no es suficiente.
Paralelamente, el gobierno de Netanyahu enfrenta una nueva ola de protestas. El movimiento civil israelí exige elecciones anticipadas antes del aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre. Las manifestaciones comenzaron el domingo con bloqueos de autopistas y continuarán con una marcha masiva frente al Parlamento en Jerusalén, con el objetivo de reunir al menos a un millón de personas.