Mientras México se encamina hacia su elección presidencial, los líderes gubernamentales y asesores de campaña también tienen sus ojos puestos en una votación diferente: la que podría llevar a Donald Trump de vuelta a la presidencia de Estados Unidos.
La posibilidad de un retorno de Trump plantea interrogantes sobre las relaciones bilaterales que el presidente Joe Biden ha tratado de estabilizar, y quienes están involucrados se están preparando para posibles cambios.
Los recuerdos de las negociaciones previas con Trump, caracterizadas por su estilo diplomático agresivo, siguen frescos en la mente de muchos. Los funcionarios mexicanos, como el exministro de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, recuerdan que alcanzar acuerdos con el equipo de Trump demandaba tiempo, paciencia y determinación. Ante la posibilidad de tener que lidiar nuevamente con él, México está trabajando arduamente para anticipar y resolver posibles desacuerdos, incluso manteniendo conversaciones con personas cercanas a la campaña de Trump sobre temas comerciales. El objetivo es preparar a la administración mexicana para interactuar de manera efectiva con Trump, en caso de que regrese al poder.