En el documental «I Am: Céline Dion», la famosa cantante canadiense revela su batalla contra el síndrome de la persona rígida, una rara enfermedad autoinmune que afecta su movilidad. Dion relata que los primeros síntomas aparecieron hace 17 años con espasmos vocales. Al no tener un diagnóstico, su condición empeoró hasta el punto de no poder caminar en 2023. La necesidad de seguir con su carrera la llevó a consumir altas dosis de medicamentos, llegando a tomar hasta 90 mg de Diazepam al día, lo cual considera que pudo haber sido mortal. Dion admite que cancelar conciertos ha sido una de las partes más difíciles de su enfermedad. En el documental, confiesa haber mentido sobre las razones de las cancelaciones, mencionando falsas enfermedades como sinusitis y otitis. En el escenario, aplicaba técnicas para ocultar su incapacidad vocal, como apuntar el micrófono al público para que cantaran o fingir problemas técnicos. El documental muestra a Céline Dion sufriendo una crisis severa, donde sus pies y manos se vuelven rígidos. Durante estos episodios, los espasmos son tan intensos que apenas puede moverse. Su terapeuta le advierte que si los espasmos continúan, tendrán que llamar a Emergencias. Aunque logra recuperarse, Dion expresa su frustración y vergüenza por perder el control de su cuerpo, y su deseo de volver a los escenarios.